Desde la red de activistas LGTBIQA+ de Castilla y León nos oponemos al nombramiento de Isabel García como directora del Instituto de las Mujeres y pedimos su dimisión inmediata por ser una persona abiertamente transexcluyente.
El Instituto de las Mujeres es una entidad que se encarga de tutelar los estudios, medidas y creación de políticas públicas dirigidas a analizar la situación de las mujeres en todos los ámbitos para paliar las discriminaciones. Entendemos que situar en un puesto de tanta relevancia a una persona que se ha opuesto tanto a la autodeterminación de género como a la “Ley Trans” supone un cambio de rumbo del gobierno de coalición así como un retroceso respecto a las políticas llevadas a cabo en la anterior legislatura a favor de los derechos del colectivo LGTBIQA+, pues el pensamiento de la Sra. García implica que las acciones que va a llevar a cabo no van a contemplar a las mujeres trans a la hora de abordar esas discriminaciones a la mujer.
Pensamiento y palabras transexcluyentes.
Pero no sólo el pensamiento es el que impide que Isabel García ocupe un puesto de relevancia en un gobierno de coalición progresista, también las propias formas a la hora de defender sus ideas, utilizando términos propios de la extrema derecha (ideología de género, lobby trans, delirio trans…) a los que, por desgracia, tan acostumbrados estamos en Castilla y León debido a la institucionalización de la LBGTBIfobia por parte del gobierno de la Junta PP-VOX, que sigue impidiendo la aprobación de una Ley LGTBI en nuestra comunidad. Algo, que, por otra parte, nos muestra los peligros de situar en puestos de responsabilidad a personas que no reconocen los derechos de todes y que imposibilitan que se avance en políticas que garanticen los mismos derechos independientemente del el género, la clase social, la etnia o la orientación sexual.
Creemos, por lo tanto, que desde el Ministerio de Igualdad, con su titular, Ana Redondo a la cabeza, se debe buscar un perfil más acorde con la trayectoria del ministerio en los últimos años. Un perfil que reconozca a todas las mujeres y no deje a nadie atrás y es que, no hay que olvidarse, que la interseccionalidad debe estar en la base de cualquier partido de izquierdas.