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Carta de presentación de la candidatura ´IUCyL Sí, Plural y Diversa´

En estos días los y las militantes de IUCyL estamos convocadas a elegir nueva dirección regional. Precisamente en estos días hemos celebrado el 30 aniversario de la organización. Sirvan estas palabras, pronunciadas en dicha celebración, como presentación de la candidatura “IU CyL Sí. Diversa y Plural”, para la que pedimos tu apoyo y hacer camino.

Caminamos, seguimos caminando, con la cabeza erguida sintiéndonos orgullosos de pertenecer a una organización que se creó al calor de las movilizaciones de la OTAN, pero que heredó los ejemplos de los luchadores por la democracia y la libertad en los momentos más difíciles de nuestra historia.

Una organización que digan lo que digan algunos, ha estado en todas y cada una de las movilizaciones, plataformas, manifestaciones, concentraciones y colectivos que se han organizado en la defensa de los derechos de los trabajadores, la justicia social, el internacionalismo solidario, la paz, la democracia y la república. A veces solos, otras con unos pocos, en ocasiones con muchos.

Porque Izquierda Unida nunca ha sido un partido al uso. Hemos sido y somos un movimiento político y social. Por eso hemos sumado en el no a la guerra, en las marchas de la dignidad, en todas y cada una de las mareas, en los movimientos feministas, republicanos, en la solidaridad con Palestina, con el Sahara, con todos los pueblos subyugados por el capitalismo y el imperialismo. Hemos participado en plataformas por la defensa de la sanidad y la educación públicas. En la lucha contra la LGTFobia, contra los desahucios. En la defensa de las pensiones. Contra las nucleares y sus cementerios, en la defensa del medio ambiente, por medios de transporte sostenibles y el ferrocarril.

En cada huelga a favor de los derechos de los trabajadores y trabajadoras. Luchando por el mundo rural, con los campesinos… escribiendo con el arado páginas sobre la tierra de miseria y de dolor.

Defendiendo con el puño en alto la dignidad. La dignidad que nos han ido transmitiendo los luchadores por la justicia social. Las revoluciones del siglo XIX, la comuna de París, el nacimiento de los movimientos obreros, la revolución rusa y la emancipación de los pueblos, la república que hizo a la mujer libre y a los hombres iguales.

La dignidad de los defensores de la legalidad constitucional y las conquistas sociales… La dignidad de los que perdieron la guerra para ganar en nuestros corazones la eternidad.

La dignidad de las cunetas, de las tapias de los cementerios, de las cárceles y los campos de tortura que siguen gritando justicia y reparación. La dignidad de quienes hicieron patria con sus pisadas en el exilio haciendo camino al andar, galopando hasta enterrarlos en el mar, como tú, piedra pequeña, como tú, a fuerza de golpes fuerte y a fuerza de sol bruñidos, forjando el porvenir, templados por la miseria sabiendo vencer o morir. La dignidad de los montes que no se rinden y cobijan la esperanza de democracia y libertad, la de los campos franceses liberados con un abrazo fraternal. La dignidad de los clandestinos que poco a poco, sin cejar, sin parar de luchar, con firmeza, forjados a fuego por la represión, la cárcel, la tortura, el miedo, la persecución vieron por fin la vuelta de la democracia y la libertad.

Hablamos de Camacho, de Josefina, de Julián Grimau, de muchos más… hablo de los forjadores del sindicato. Hablamos de nombres falsos ocultos que multiplicaron las células en cada pueblo, en cada ciudad.

Sábado santo, banderas rojas inundan las calles, Pasionaria de la mano de Alberti, erguida… vuelve a España, y con ellas cientos, miles, cientos de miles vuelven a tener patria.

Y con la cabeza erguida y el puño en alto comienza una nueva andadura, de vuelta al Congreso con la esperanza constitucional. Pronto llega el fraude y el engaño, los militares de nuevo en armas, el miedo, el juntos podemos y la vuelta a empezar, cayendo y levantándonos, pero sin dejarnos domar ni domesticar.

Ahora dicen corren nuevos tiempos, que hay nuevos sujetos políticos, más pluralidad. Sin embargo compañeros y compañeros no olvidemos que la lucha sigue siendo la misma, podremos darle nuevas formas, adaptarla a los tiempos que corren. Pero el objetivo sigue siendo el mismo. Y si perdemos el objetivo perdemos la dignidad. Y sin dignidad ya nunca más nos podremos volver a levantar.

Algunos dicen que no hemos conseguido nada, que para cambiar las cosas hay que gobernar. Sin embargo se equivocan (quizás intencionadamente). Se equivocan y la historia lo demuestra. Perdiendo también se transforma la sociedad. Hemos puesto freno a políticas que sin Izquierda unida hubieran sido mucho más agresivas aún con los derechos de los trabajadores. Qué hubiera sido de todos nosotros si no hubiera habido una fuerza política capaz de contraponer el discurso del neoliberalismo y desenmascarar sus verdaderas intenciones que no son otras que el expolio absoluto del Estado en beneficio de unos pocos. Y lo están consiguiendo porque hemos abandonado nuestro discurso por afán de gobernar.

Y es cierto que queremos gobernar. Pero no a cualquier precio. No renunciando a lo que siempre hemos defendido, no abandonando a los trabajadores y trabajadoras, a los pensionistas, a los estudiantes, a los parados. No se trata sólo de conseguir más votos.

En Zamora gobernamos, y lo hacemos desde la humildad de una capital de provincias (y conservadora, que nadie se lleve a engaño). Pero nosotros sabemos que no hemos ganado, que para ganar esta provincia y esta ciudad tienen que ser de izquierdas, que el voto del cabreo no transforma la sociedad, que el voto del descontento no es solidario, que el voto del desencanto no lucha contra el sistema. Y por eso, desde la humildad, sabemos que nuestros únicos aliados electorales son los que luchan solidariamente por transformar la sociedad. Los que defienden otro sistema que no esté tutelado por el capital.

Sólo ganaremos cuando el voto sea con conciencia. Con conciencia de clase. Ese es nuestro trabajo y esos son nuestros aliados: los que luchan contra este sistema que se ha demostrado una y mil veces fallido para la inmensa mayoría de la población. Nuestro trabajo es convertir el voto cabreado, desencantado, descontento… en voto con conciencia de clase. En Zamora o donde quiera que haya un militante de esta organización. Y si nos caemos porque no lo conseguimos… Nos volvemos a levantar.

Si no lo hacemos así, compañeros y compañeras… gobernaremos pero no habremos conseguido nada. Nosotros no sólo queremos gobernar, ni ahora, ni mañana, ni nunca. Nosotros queremos cambiar el sistema.

No necesitamos líderes mediáticos ni grandes audiencias en programas patrocinados por el capital. Ni manifestaciones virtuales, ni huelgas online.
Necesitamos volver a movilizarnos, llenar las calles de carne y hueso. Al sistema no le molesta ni le preocupa la política virtual, es más, se enriquece con ella.

Al sistema le molestan los pensionistas y los estudiantes en lucha. Al sistema le molestan los trabajadores con conciencia de clase, esos que llevan la cabeza erguida y el puño en alto. Al sistema le molestan las calles llenas de dignidad. Al sistema le molesta que no doblemos la rodilla.

Cumplimos 30 años y aunque le pese a muchos, seguiremos luchando para cumplir 30 más. No le vamos a dar la satisfacción a la derecha ni de este país ni de Europa de desaparecer ni reconvertirnos, a no ser que sea para ser aún más de izquierdas y más combativos.

Cumplir 30 años es mirar atrás, ver nuestros orígenes, nuestros errores, nuestros aciertos, recordar a quienes han luchado junto a nosotros y ya no están, a quienes se fueron a otros proyectos, a quienes buscaron el sillón del poder, a quienes se marcharon a sus casa.

Cumplir 30 años es echar de menos de menos a personas que en la distancia de sus vidas ya agotadas están a nuestro lado, en nuestras mentes llenas de lucha y alma.

Y están aquí porque nadie se va para siempre mientras estén en esa memoria de las mentes con alma de quienes lucharon con ellos y participaron sus vidas. Porque en la tristeza del recuerdo de su ausencia está la felicidad de haberlos vivido, y las eternas sonrisas de los momentos felices, de los instantes compartidos, de lo aprendido… sin saber entonces, que somos, y seremos, gracias a ellos. Gracias a vosotros.

Hemos aprendido de quienes llevan toda la vida luchando sin perder el horizonte a pesar de las derrotas. Ganar es fácil, lo difícil es perder, aguantar, seguir y no abandonar. Y eso sólo se consigue con la convicción de que defendemos una causa justa.

Militantes que llevan toda una vida y que nosotros no vamos a permitir que se les maltrate. Nosotros no vamos a renunciar a ellos porque son nuestro ejemplo y nos sentimos orgullosos de haber aprendido y compartido sus luchas.

Hoy compañeros y compañeras, presentamos una candidatura para la dirección regional compuesta por militantes, comprometidos con Izquierda Unida en Castilla y León. Una lista de militantes conscientes de que en este territorio conservador, de derechas, no va a ser fácil, nunca lo ha sido, organizar a la clase trabajadora, transformar las conciencias para transformar la realidad. Pero siendo conscientes de la dificultad, nos comprometemos a no abandonar la lucha, a seguir caminando para construir, también en Castilla y León, un movimiento político y social que sea cada vez más un instrumento eficaz para la transformación social.

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