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TODAS SOMOS JUANA RIVAS

La solidaridad y la sororidad (1) no son nuevas en el movimiento feminista. En los años 80 miles de mujeres en nuestro país nos autoinculpamos de haber abortado en apoyo y solidaridad con las mujeres procesadas en Bilbao y por la lucha y defensa de una necesaria ley de IVE (interrupción voluntaria del embarazo).

Hoy todas somos Juana Rivas, Vanessa Skewes y las miles de mujeres que en nuestro país ven como la justicia patriarcal concede régimen de visitas y custodias compartidas a maltratadores; omitimos la palabra padre, ya que ser padre es otra cosa.

El tribunal Constitucional no admitió a trámite la segunda demanda de amparo presentada por la abogada de Juana Rivas por defecto de forma en cuanto a los plazos de presentación y procedimientos procesales, al no agotar todas las vías judiciales.
Al no entrar en el fondo del recurso de amparo le han negado a Juana lo que ella necesita: “Amparo judicial para sus hijos”. Una justicia que no sabe ir más allá de lo que está o no escrito, no es justicia, será norma y derecho pero no justicia. Ante esto sólo cabe pasar por encima de la norma escrita y desobedecerla como una única opción válida para proteger el bien más valioso para Juana y el resto de las Juanas del mundo, sus hijas e hijos.

El Convenio de la Haya de 25 de octubre de 1980 (Aspectos Civiles de Sustracción Internacional de Menores) ya establece causas de excepción a la restitución de menores, y dentro de estas causas ya están comprendidas las situaciones de hijas/os que vivan en un contexto de violencia de género.
Nuestro sistema jurídico ya recoge de forma explícita en otras a través de la Ley orgánica 8/2015 de 22 de julio que los/as menores cuyas madres son víctimas de violencia de género, son víctimas directas de dicha violencia.

Está demostrado que el caso de Juna Rivas es un caso de violencia de género por mucho que algunos pretendan victimizar al condenado por malos tratos hablando de una campaña orquestada contra él. Si la Justicia es patriarcal a nadie se le escapa que determinados medios de comunicación hacen bandera en la defensa de “supuestos pobres padres que no les dejan ver a sus hijas/os”.

El Pacto de Estado contra la violencia de género (pacto insuficiente y que se convertirá en papel mojado si no se calendariza y se dota de presupuesto suficiente) recoge medidas para garantizar el derecho a la infancia a una vida sin violencia machista:

1- Adoptar las medidas que permita que la custodia compartida en ningún caso se imponga en casos de violencia de género en los supuestos previstos en el artículo 92.7 del Código Civil y que no pueda adoptarse, ni siquiera provisionalmente, si está en curso un procedimiento penal por violencia de género y existe orden de protección.

2-Establecer el carácter imperativo de la suspensión del régimen de visitas en todos los casos en que el o la menor hubieran presenciado, sufrido o convivido con manifestaciones de violencia sin perjuicio de adoptar medidas para impulsar la aplicación de los artículos 65 y 66 de la LO 1/2004.
Por todo ellos las mujeres no permaneceremos impasibles ante situaciones de abuso y justicia patriarcal. En las instituciones, en la calle y donde sea necesario reclamaremos el derecho de Juana Rivas y sus hijos a la protección necesaria.
Juana Rivas está en mi casa y si la justicia no la protege aquí seguirá estando.

Yolanda Rodríguez González
Responsable de feminismo de IUCyL

(1)Sororidad: La Sororidad es una dimensión ética, política y práctica del feminismo contemporáneo. Este término enuncia los principios ético políticos de equivalencia y relación paritaria entre mujeres. Se trata de una alianza entre mujeres, propicia la confianza, el reconocimiento recíproco de la autoridad y el apoyo.

Es una experiencia de las mujeres que conduce a la búsqueda de relaciones positivas y la alianza existencial y política, cuerpo a cuerpo, subjetividad a subjetividad con otras mujeres, para contribuir con acciones específicas a la eliminación social de todas las formas de opresión y al apoyo mutuo para lograr el poderío genérico de todas y al empoderamiento vital de cada mujer.

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