Una representación de los y las estudiantes que fueron represaliados el pasado mes de noviembre en el desarrollo del nombramiento de Doctor Honoris Causa de Jean-Claude Juncker, han estado en las Cortes de Castilla y León invitados por Izquierda Unida para exponer su causa, solicitar a los grupos de la cámara su solidaridad y denunciar el desproporcionado uso de una ley, la conocida como Ley Mordaza, dirigida a represaliar y acallar la protesta, en este caso del alumnado de la Universidad de Salamanca.
“Han sido las políticas de austericidio” ha señalado José Sarrión, procurador de IU-Equo “las que han degradado nuestros servicios públicos, entre ellos la universidad pública, a través de las exigencias del control de déficit y la deuda impuesta por la Troika. Queremos recordar que lo que el pasado día 9 de noviembre se quería hacer era premiar con el Honoris Causa a uno de los responsables de estas políticas desastrosas para la universidad pública. Toda una contradicción que, como era de esperar, no pasó desapercibida para los y las estudiantes de la USAL que decidieron, en un ejercicio de dignidad, protestar por ello”.
Los tres estudiantes presentes en la rueda de prensa Pilar García, Néstor Prieto y Héctor García, además de tildar las multas recibidas como desproporcionada, han manifestado que “en ningún momento pusimos en peligro ni el acto ni a ninguna persona, que es de lo que se nos acusa. Intentamos manifestar nuestro rechazo de modo pacífica exhibiendo las camisetas que han sido bandera durante los últimos años por la educación pública”.
También han comentado el apoyo que han recabado tanto ahora como represaliados por una ley injusta, como en el momento de la protesta “éramos cinco los que entramos en el acto acreditados por protocolo, que distribuyó las invitaciones para acudir al mismo”. Han destacado también que el apoyo de cientos de estudiantes que desde fuera del recinto manifestaron el apoyo la reivindicación, “entramos cinco, pero el rechazo de la distinción al sr. Juncker estaba apoyada por cientos de estudiantes más”.
Sarrión insiste en que “se ha pasado de una universidad cuyas tasas eran de las más bajas de España, a todo lo contrario. Ha habido un recorte en becas y en derechos estudiantiles así como un aumento de la barrera de acceso por cuestión de renta al encarecerse los grados y los posgrados en los que ha quedado dibujada la organización actual de la educación superior. Todo ello debido a la austeridad impuesta desde Bruselas y de la que Jean-Claude Juncker es uno de los máximos responsables”.
Tanto el grupo de estudiantes como Sarrión han coincidido en que lo ocurrido en pasado noviembre fue una acción de dignidad. La protesta contra un reconocimiento inmerecido. “No se puede” exponían estudiantes y procurador “desde una universidad pública reconocer a quien ha contribuido tanto a acabar con ella. Juncker y su acción como presidente de la Comisión Europea debe ser ante todo criticado, pero no premiado, si lo que se apoya es una universidad pública, de calidad y accesible para todo el que quiera acceder a ella. Estas tres cosas son las que Juncker ha contribuido a dinamitar”.
