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La Junta de Castilla y León demuestra un total desinterés por la Educación para personas adultas durante esta pandemia.

Desde el Área de Educación de IUCyL queremos trasmitir a la opinión pública nuestro malestar por el trato y las actuaciones que la Consejería Educación ha llevado a cabo con la Enseñanza de Personas adultas, sobre todo, en lo relacionado con dos campos básicos de la misma: la Enseñanza Secundaria de Personas Adultas (ESPA) presencial y los discentes de la Enseñanza Secundaria de Personas Adultas a Distancia (ESPAD) internos en Centros Penitenciarios.

Sobre el primero, la ESPA presencial, debemos situar, antes de nada, el contexto en la que se encuentra ante el inicio del periodo de suspensión de las clases en las aulas: como viene establecido el 12 de marzo, último día lectivo presencial hasta ahora, los módulos del segundo cuatrimestre apenas llevaban funcionando poco más de tres semanas, pues se habían iniciado a mediados de febrero. Este dato es relevante cuando se hable de evaluación y de calificación, pues a esas alturas, lógicamente, en la mayor parte de los casos no contaban prácticamente con ninguna anotación por parte de las docentes. A ello debemos añadir la situación social en la que se encuentra un alto porcentaje del alumnado asistente a esta modalidad educativa, con recursos económicos modestos. Para muchos de ellos, y no solo personas inmigrantes, contar con una buena, y cara, conexión a Internet es un lujo impensable y en algunos casos, hasta contar con un teléfono móvil, no ya «inteligente», sino sencillo.

Ante ese panorama poco alentador, desde las Inspecciones de las diversas Direcciones Provinciales se moviliza a los equipos directivos de los CEPA, estos a su vez a los tutores, profesores… para que contacten con este alumnado y éstas transmitan las carencias y limitaciones tecnológicas que tuvieran para proseguir el desarrollo telemático del curso. Esto despierta positivas expectativas entre el profesorado y el alumnado en que la Administración regional pueda contribuir a atenuar e, incluso, solventar estas dificultades, mediante la cesión de equipos, distribución de las famosas tarjetas SIM, etc.

Pasadas varias semanas, todas estas ilusiones se han desvanecido por completo, pues ni una sola de esas posibles soluciones ha llegado a los Centros de Adultos de la región, con lo cual el grado de abandono y de «desaparecidos» entre los discentes es extraordinariamente elevado. Eso sí, desde la propia Administración se ha hecho llegar a los docentes que estos justifiquen individual y pormenorizadamente las causas del abandono de los alumnos, el por qué no superan los objetivos programados en las diversas materias, la causa de la no promoción o titulación… Algo un tanto kafkiano, sí.

Como también comentábamos al principio, otra situación complicada se ha producido con los alumnos de la ESPAD internos en Centros Penitenciarios. Desde el comienzo del confinamiento, estos se encuentran absolutamente aislados, sin que las compañeras maestras puedan acceder a estos centros, sin posibilidad alguna de conectarse, ni siquiera pudieron hacer los exámenes previstos de la segunda evaluación, no hablemos ya del tercer trimestre (en la modalidad de distancia los módulos abarcan todo el curso escolar)… Ante este reto ninguna de las administraciones concernidas han, siquiera, intentado buscar una solución para estos alumnos, que han visto truncadas de raíz sus expectativas de superar estos cursos o, incluso, obtener un título básico para su futuro como es el de graduados en Educación Secundaria, al menos, de momento.

Por lo expuesto, solicitamos a la Consejería de Educación, aunque posiblemente sea ya demasiado tarde, que demuestre empatía y compromiso real con la educación de personas adultas en nuestro territorio, y no la mantenga en una situación completamente marginal como se ha puesto de manifiesto en este estado de excepcionalidad.

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