"El coronavirus debería llevarnos a la conciencia de los profundos defectos del mundo, las características profundas y disfuncionales de todo el sistema socioeconómico, que tiene que cambiar, si es que va a haber un futuro superviviente.
Así que esto podría ser una señal de advertencia y una lección para lidiar con ello hoy o evitar que explote.
Pero pensando en sus raíces y en cómo esas raíces van a conducir a más crisis, peores que ésta. Hay que encontrar otros caminos y continuar, y de hecho, extender y profundizar las actividades realizadas.
Se puede hacer. No será fácil, pero los humanos nos hemos enfrentado a problemas en el pasado", Noam Chomsky.
Y entre esas características disfuncionales que se han puesto más de manifiesto durante esta pandemia, se encuentra el hecho de que carecemos de Soberanía Alimentaria. En Castilla y León, una comunidad eminentemente agrícola y ganadera, una parte importante de nuestra producción ha tenido que malvenderse o dejarse estropear en los campos mientras los supermercados nos venden productos de origen foráneo.
Así por ejemplo se ha denunciado en las últimas semanas la difícil situación en el Norte de Palencia y otras provincias como León y Salamanca donde se da por perdida la cosecha de grandes cantidades de patata que no tienen salida, mientras aquí se siguen vendiendo patatas de origen francés.
O la queja de ganaderas y ganaderos de todas las provincias de nuestra Comunidad Autónoma por la falta de ventas de lechazos, cochinillos, etc. debido al cierre de restaurantes y hoteles.
La Soberanía Alimentaria que desde Izquierda Unida de Castilla y León siempre hemos defendido, implica en primer lugar el consumo de productos de cercanía. Es un sinsentido que un producto tan básico como la patata tenga que viajar miles de kilómetros -con el consiguiente coste ecológico por las emisiones que su transporte genera-, mientras las patatas que se producen aquí se echan a perder porque los grandes distribuidores no las compran.
Defender la Soberanía Alimentaria implica la defensa de nuestra tierra y nuestra gente.
Desde Izquierda Unida de Castilla y León entendemos que es imprescindible que la Administración, tanto autonómica, como local y provincial, potencie y fomente el establecimiento de cauces cortos de comercialización que posibiliten la venta directa de productores y productoras a las familias y personas consumidoras:
? Potenciando los mercados de cercanía. Ninguna comarca sin mercado semanal o quincenal.
? Concediendo ayudas a fondo perdido a las explotaciones familiares que han perdido sus cosechas o animales a causa del confinamiento decretado por el Estado de Alarma. El objetivo de nuestras administraciones debiera ser que ninguna pequeña explotación agrícola ni ganadera de Castilla y León tenga que echar el cierre tras esta crisis.
? Apostando desde la propia Administración por el consumo de productos de cercanía. En los comedores escolares, en las residencias de personas mayores, en los Hospitales, en los Centros de Día de personas mayores o con discapacidad, en cualquier contrato con la administración, etc. deben consumirse principalmente productos cultivados lo más cerca posible de sus potenciales consumidores y consumidoras, priorizando la compra a las pequeñas explotaciones agrícolas y ganaderas de la zona sobre las macro granjas o explotaciones agrícolas cuasi industriales.
? Creando desde YA una línea de ayudas que fomente el cooperativismo agrícola y ganadero y la transformación en el medio rural de la producción propia, de forma que el valor añadido de esa producción se quede en el medio en el que se genera.
? Potenciando y fomentando la paulatina transformación de la agricultura y ganadería tradicional en ecológicas, renunciando al uso de productos perjudiciales para el medio ambiente y la salud humana como glisolfatos, antigerminantes, etc. y declarando todo el territorio de la comunidad libre de transgénicos.
? Invirtiendo en el cuidado y conservación de montes y bosques autóctonos y fomentando su aprovechamiento sostenible
? Desincentivando la urbanización de bosques y tierras de cultivo, de forma que éstas se dediquen a los usos agrícolas y ganaderos tradicionales y se rehabiliten, desde la iniciativa pública los pueblos para que todas las viviendas en estado ruinoso o de infravivienda puedan ser utilizadas por quienes desean seguir viviendo en el pueblo o “volver al pueblo” del que un día tuvieron que marcharse por falta de oportunidades laborales.
A estas medidas, desde Izquierda Unida de Castilla y León entendemos que es imprescindible sumar otras igualmente fundamentales para fijar población en el medio rural, como el mantenimiento y potenciación de los servicios públicos: educación, sanidad, transporte público, farmacias, correos, fibra óptica que lleve el internet de banda ancha a toda la comunidad, todos ellos públicos y de calidad.